Este fue un viaje a lo desconocido...
Somos argentinos y vivimos en Bariloche, cerca de la frontera con Chile; con mi marido frecuentemente cruzamos la cordillera en auto para pasar algún fin de semana en Puerto Varas. Una vez nos fuimos desde Puerto Montt hacia el sur, donde se terminaba el camino y había que continuar en transbordador. Hasta allí llegamos.
Pero nos dijeron que “más allá” seguía un camino angosto de ripio (que llamaban “carretera”) que recorría más de 1000 km entre lagos, bosques vírgenes, fiordos y glaciares, y ahí nació el deseo de un día ir a conocer la mítica Carretera Austral.
No conocíamos a nadie que se haya aventurado a recorrer esta ruta tan enigmática. En internet encontramos relatos de viajeros que hablaban de paisajes deslumbrantes pero recalcaban los peligros del camino. Aún así, viendo que otros ya lo habían hecho decidimos que era posible, y nos largamos a la aventura.
Es una de las cinco rutas más impactantes de América:
El diario británico The Guardian elaboró la lista. Estas son las cinco elegidas:
1.- Carretera 101. Cruza California, Oregon y Washington en EE.UU. y mezcla densos bosques húmedos y parajes costeros.
2.- Carretera Austral. Tiene 1.240 km y mezcla trayectos en ferry, con zonas de antiguos bosques, glaciares y fiordos chilenos. Comienza en Puerto Montt y finaliza en la zona de Villa O´Higgins.
3.- Gran Camino del Río. Sigue el curso del río Misissippi a través de 10 estados de EE.UU. y ofrece visitas de cementerios indígenas.
4.- Carretera Interamericana. Se extiende entre México y Panamá y abarca 5.470 km de densa vegetación y también parajes desérticos.
5.- Carretera Alcan. Construída en la II Guerra, conecta Alaska con Canadá y suma 2.237 km de montañas, osos y renos.
Vale la pena conocer el origen de la Carretera Austral:
El sur de Chile, de Puerto Montt hacia abajo, presenta una geografía tán complicada debido a la cordillera longitudinal y a los fiordos del Pacífico, que nunca se construyó un camino. En toda la zona de la XI Región, casi despoblada, había pequeñas poblaciones aisladas entre sí, únicamente conectadas por vía marítima o por pequeñas avionetas, y su vinculación terrestre con el resto del país debía hacerse necesariamente a través del territorio argentino. Cuando la relación con la Argentina se deterioró debido a los conflictos limítrofes, el entonces presidente y dictador Pinochet emprendió el proyecto titánico de construir una carretera de 1.240 km para reforzar la soberanía chilena, atravesando una de las zonas geográficas más accidentadas del mundo por los Andes patagónicos, con selvas vírgenes, fiordos, ríos, lagos, acantilados, valles, glaciares y campos de hielo, una de las obras de ingeniería más costosas y difíciles realizadas en Chile. Como mano de obra usó una fuerza de 10.000 soldados del ejército chileno, incluyendo a muchos conscriptos, de los cuales murieron cerca de 20 por los derrumbes y explosiones cuando dinamitaban las laderas de los cerros.
Esta foto impactante muestra los trabajos en Piedra El Gato en 1979 y la saqué del excelente blog "El Cantar de la Lluvia" con este comentario de Vialidad de Chile: “Se observan los trabajos en la parte más alta del corte. La altura del corte fué de 120 metros y en una longitud de 200 metros. Los trabajos presentaron gran riesgo para los trabajadores; hubo una pérdida de 4 vidas humanas”.
Y esta foto es de la misma zona en 1999 (foto de Patricio Silva):
Se comenzó la construcción en 1976 y se terminó 20 años más tarde, aunque la mayor parte de la ruta sigue siendo de ripio. En 2003 se completó el ramal a Caleta Tortel. Después de Villa O'Higgins resulta prácticamente imposible la prolongación de la Carretera a la XII Región de Magallanes y la Antártida Chilena, por la existencia de altas montañas y del enorme sector de Campos de Hielo. Creo que lo admirable de los gobiernos chilenos democráticos es que no reniegan de lo que se hizo bien durante el gobierno militar, ya sea el despegue económico o la construcción de esta carretera, y es así como hoy la pavimentación avanza a toda máquina con gran uso de recursos.
Volviendo a nuestro viaje…
Cuando nos pusimos a investigar en internet encontramos blogs escritos por quienes la habían recorrido en motos y bicicletas con sus mochilas y carpas a cuestas, y leímos sus recomendaciones de los mejores lugares para hacer trekking o escaladas. Eran mayormente chicos europeos, israelíes o australianos, además de los sudamericanos. Qué íbamos a hacer nosotros allí, jóvenes de edad avanzada, con más espíritu de aventura que estado físico??? Pero bueno, era un lindo desafío y no había que achicarse, solo adaptar el estilo del viaje a nuestras posibilidades, más auto y menos trekking, aunque sé que quedan muchos más lugares para recorrer…
Un plus para nosotros es que a esta altura de la vida contamos con algo más de dinero que los backpackers y podemos alojarnos en hoteles y cenar en restaurants. Después de andar todo el día a full queremos disfrutar del placer de una buena comida y una habitación acogedora porque es una parte importante del placer de viajar. Cómo elegimos un hotel? Tratamos de elegir lugares, dentro de nuestro presupuesto, donde estaremos igual o mejor que en casa. Aunque implique ver media docena de lugares y pasar una hora buscando algo mejor, siempre valió la pena... No se trata de que sean lugares lujosos, sino que sean simpáticos y nos hagan sentir bien. Martín se queda en el auto mientras yo bajo a averiguar, pido ver la habitación, pruebo el colchón y (en ocasiones) hasta regateo el precio. A veces es un alojamiento re humilde pero mientras que sea limpio y la cama cómoda disfrutaremos igual, porque es lo que hay, es lo mejor que brinda el pueblo y nosotros elegimos estar allí.
En nuestro caso, para evitar tener sueño a la tarde nunca almorzamos; comemos un desayuno abundante, y si éste incluye fetas de jamón y queso las usamos para hacernos sandwiches para el viaje (voy a desayunar con una bolsita para ponerlos!). Además, llevamos galletitas y bebidas. A la noche vamos a un restaurant y nos damos los gustos, comiendo un buen plato y postre acompañados por un rico vino chileno.
A quienes estén tentados de hacer un viaje como el nuestro les diría: No se dejen asustar por las descripciones apocalípticas de los caminos peligrosos, de que el tramo de Cochrane hasta Caleta Tortel es demasiado angosto, que ir a Chile Chico por un sinuoso camino de cornisa es demasiado arriesgado, que no se consigue bencina (nafta), etc. Por supuesto, es necesario saber conducir en montaña, pero para el que maneja bien y con precaución los caminos son perfectamente transitables. Eso sí, es imprescindible tener un auto confiable y neumáticos en buen estado, y no hay duda de que el ripio castiga los autos…
Finalmente le pusimos fecha a nuestro viaje:
Saldríamos el jueves 11 de diciembre de 2008. Recorreríamos 816 km de la Carretera Austral desde Villa Santa Lucía hasta Caleta Tortel (sin contar los caminos transversales).
Nuestro presupuesto era de AR$ 5.000 (tuvimos que agregar algunos dólares de refuerzo). Hay que remarcar que en ese momento el cambio nos era muy favorable:
1 $ = 200 $ chilenos - 1.000 $ chilenos = 5 $ argentinos - 1 US$ = 660 $ chilenos
Nuestro auto es un Fiat Palio Adventure modelo 2007 - no es una 4 x 4 pero sí un “off-road” con buen despeje, suspensión reforzada y neumáticos todo terreno, y nunca nos abandona… El que maneja es Martín pero yo soy una excelente copiloto!
Un dato que no leímos en ningún lado es que la primera quincena de diciembre es absolutamente la mejor época para apreciar esos paisajes porque todo está en flor! Había campos de lupinos azules o amarillos al costado del camino, fucsias, margaritas y rosa mosqueta florecida en las laderas de la montaña - un espectáculo inolvidable (ojo! el 20 de diciembre vi que los lupinos ya empezaban a marchitarse):
El pronóstico no era muy alentador, pero tuvimos sol durante nueve días, con algunas lluvias cortas intercaladas que servían para humedecer la tierra del camino. Llevamos camperas de abrigo pero las usamos poco – al contrario, hizo mucho calor y nos faltó más ropa liviana.
La Carretera Austral está reducida desde la erupción del Volcán Chaitén en mayo del 2008, porque el pueblo de Chaitén ya no existe. Los bosques de la zona estaban inaccesibles, y no sé si el camino está habilitado…
Hicimos llamadas telefónicas a las aduanas de Futaleufú y de Río Encuentro para averiguar acerca del estado de los caminos después de la erupción del volcán, y nos dijeron que todavía había mucha ceniza asentada en la zona de Futaleufú, con el peligro de que si nos pasa un auto levanta una polvareda de cenizas que daña nuestro motor, por lo cual decidimos ir por la Argentina hasta Corcovado y cruzar a Palena, Chile, por el Paso Río Encuentro. Hoy en día supongo que iríamos por Futaleufú.
Durante el viaje tuve la disciplina de escribir un diario de viaje todas las noches en la cama, en un cuaderno apoyado en las rodillas. La letra es horrorosa, pero está bueno porque así, en caliente, uno anota impresiones y datos que después es más difícil recordar. Ahora lo pasé en limpio tal cual lo había escrito, no muy literario pero bien espontáneo, y lo he convertido en un blog incorporando fotos descriptivas del viaje. Ojalá que pueda tentar a algunos a hacer este viaje alucinante!
Como orientación para quien le interese, he dejado los precios de hoteles, comidas y ferries.
NUESTRA RUTA:
Esta es la ruta que seguimos en Chile – marqué la ida en azul y el regreso en violeta, terminando en un viaje marítimo en un ferry de Navimag entre Puerto Chacabuco y Puerto Montt. Fueron 2.716 km en auto, más los dos viajes en barco:
CAPITULO 1
Jueves 11 de diciembre de 2008:
DIA 1 – BARILOCHE HASTA CORCOVADO - 430 km – 6 horas
Hemos hecho el tramo por asfalto desde Bariloche hasta Trevelin muchas veces pero seguimos disfrutándolo como la primera vez. El camino hasta El Bolsón y Epuyén es espectacular, con grandes vistas panorámicas entre cerros que en diciembre están floridos; después el tramo hasta Esquel atraviesa un típico paisaje de meseta, donde vale la pena detenerse para visitar el pequeño Museo Leleque en la estancia de la familia Benetton. Si quieren alojarse en Esquel les recomiendo las cabañas Rincón del Sur (la del primer piso a la calle), en el lindo barrio residencial Ayelén, nada caras y puestas con muy buen gusto con una regia cama king size (sin desayuno). Y si no, el Residencial Angelina en el centro, con el mejor desayuno de la Patagonia.
Esquel a Trevelin ofrece un paisaje atrayente de grandes vistas abiertas de lomadas verdes, y de allí en adelante dejamos atrás el pavimento y el trayecto se vuelve un poco aburrido, salvo por los espectaculares manchones de lupinos azules y rosas al costado del camino.
Corcovado fue una desilusión. Su principal atractivo es la pesca del salmón del Pacífico – tienen el record argentino: un ejemplar de más de 25 kg de 1 metro de largo que pescaron en el Rio Corcovado!
Pero a pesar del interés internacional por la pesca, en este lugar no han desarrollado esa oferta turística (al revés de Chile, donde los lodges de pesca super exclusivos que cobran 5.000 dólares por persona por semana atraen a pescadores extranjeros). Al no aprovechar el lindo paisaje que lo rodea, éste pueblito de 2000 personas no tiene ningún atractivo. No hay ni cabañas ni restaurants sobre la costa del río, tampoco encontrábamos donde dormir. El único hotel aceptable, la Hostería Rancul, estaba cerrada y terminamos durmiendo en un hostel, El Refugio del Pescador, en una cabañita independiente que era bastante primitiva y donde apenas cabía la cama ($ 110). Fue el peor lugar donde nos alojamos en todo el viaje! A quienes les interese hacer un viaje similar al nuestro, les recomiendo que sigan a Chile y duerman en Palena (si es que hay algo…), o que entren por Futaleufú si no hay ceniza, ya que la oferta hotelera es mejor.
CAPITULO 2
DIA 2 – CORCOVADO A PUYUHUAPI - 244 km – 9 hs
Salimos a las 9:30 hs hacia Chile. El camino al Paso Rio Encuentro es muy pintoresco, todo curvas y lomadas. Los árboles son petisos, ñires y lengas, pero es realmente bonito.
Un gaucho en el camino:
En Carrenleufú se realizan los trámites migratorios. En la aduana argentina nos recibió un señor muy amable de Migraciones, pero el de Aduana había salido para hacer un trámite particular! Para pasar el tiempo nos fuimos a hacer turismo, a ver la Pasarela sobre el Rio Encuentro. Después de andar unos 25´ dejamos el auto y seguimos a pie, pero desistimos cuando vimos que todavía faltaba una larga bajada, y después había que subirla…
A la vuelta pasamos por las dos aduanas, y en la chilena nos registraron el auto con perro drogadicto y abriendo todos los bolsos. Será que consideran que los matrimonios aparentemente serios hacemos las mejores mulas???
En Palena hay calles pavimentadas, todo muy limpio y prolijo. Como es un lugar turístico quizás haya oferta de alojamiento. El paso es de ripio, es muy lindo y está en buenas condiciones.
De allí hacia Puerto Ramirez el camino es muy atractivo, atravesando la selva valdiviana. En Puerto Ramírez (empalme con el camino de Futaleufú) paramos en una vieja casa/hostería justo en el cruce para comer unos sándwiches indigestos sentados a la mesa de comedor de la familia. Ofrecen alojamiento, que supongo que será limpio aunque sencillo, a $20.000 la habitación, y es para tenerlo en cuenta si uno pasó demasiado temprano por Palena o Futaleufú.
Río Palena:
Seguimos hacia Villa Santa Lucía, y este tramo es bárbaro. Nos recordó a partes de la Ruta de los Siete Lagos o la que bordea el Lago Futalaufquen en Argentina, pero más linda aún! De repente vimos un enorme espejo de agua. Era el Lago Yelcho, de un increíble color turquesa, igual que otros ríos de la zona. Hay un Lodge de Pesca, el Hotel Yelcho en la Patagonia, que sale U$S 100 por día con desayuno, donde me hubiera gustado quedarme…
En Santa Lucía doblamos hacia el sur y allí entramos en la Carretera Austral. Pronto dejamos la X Región y entramos a la XI Región Aisén (una deformación de “ice end”!). El camino sigue siendo una belleza, hasta llegar a La Junta, donde comienzan las grandes obras viales que Chile ha emprendido con miras a pavimentar toda la Carretera Austral. Pensábamos alojarnos allí, en la Hostería Lodge El Ensueño, pero cuando nos avivamos ya nos habíamos pasado porque está bastante antes de La Junta, así que seguimos. Habría que verificar bien la dirección antes de viajar…
Río Palena (perdón, puse la foto otra vez y no la puedo quitar!):
A partir de allí se demora un montón debido a las obras, aunque en general los caminos de ripio están en excelentes condiciones. Los 55 km hasta Puyuhuapi nos llevaron 90´! Se va bordeando el Lago Risopatrón, donde está el famoso Lodge Fiordo Queulat, y al costado del camino se ven enormes nalcas grises de tierra.
Llegamos a Puerto Puyuhuapi a las 18:45 hs. Es un pueblito de 500 personas muy simpático, ubicado sobre una entrada del Pacífico, el Seno Ventisquero – agua salada…
Conseguimos la última habitación disponible (con 5 camas!) en Casa Ludwig, una de las casas originales que fueron construídas por los cuatro inmigrantes alemanes provenientes del Sudetenland que fundaron el pueblo.
El único otro hotel donde alojarse es la Hostería Alemana, originalmente también casa de uno de los fundadores, pero estaba llena. De todos modos creo que Casa Ludwig está mejor, aunque la otra tiene un lindo jardín… También está el famoso Hotel Termas de Puyuhuapi, uno de los principales centros termales de Chile y un espectacular complejo turístico con aguas medicinales provenientes del volcán Melimeyu que creo que se puede visitar tomando un ferry o algo así, pero ha de ser carísimo – trabajan mayormente con la gente de los cruceros. Charlamos con la dueña de nuestro hotel, la hija de Ludwig, y nos contaba cómo la construcción de la Carretera ha revolucionado la vida de los habitantes del pueblo.
Cenamos en otro lugar histórico, el Café Rossbach. Martín pidió un chupe de choclo y jaivas, que no valía la pena, y yo salmón, para terminar con dos kuchen, o tortas ($16.000). El lugar está muy lindo y lleno de turistas extranjeros, casi no se escucha el español:
En el hotel conocimos a un matrimonio argentino que está viajando con unos amigos alemanes. Hicieron Torres del Paine y Calafate, allí alquilaron un auto y entraron por Chile Chico, estuvieron en Caleta Tortel y van hacia Bariloche. Son jubilados que disfrutan del turismo de aventura. Fue importante tener referencias de primera mano sobre el estado de los caminos y cómo eran de peligrosos: en resumen, se pueden hacer perfectamente! Y no hay nadie más dispuesto que un jubilado en actividad!
Puerto Puyuhuapi de noche:
6 Km al sur se encuentran las Termas Ventisquero de Puyuhuapi, de precio más accesible que el Hotel Termas, abiertas durante el día. No fuimos, pero suena tentador.
CAPITULO 3
DIA 3 – PUYUHUAPI A PUERTO CISNES – 109 km – 6 hs.
El camino hacia el sur está cortado hasta las 14 hs porque están dinamitando la montaña para las obras viales, así que almorzamos otra vez en el Café Rossbach junto con otros turistas, todos esperando que llegara la hora para seguir viaje. Este fue el trayecto más espectacular hasta ahora, atravesando el Parque Nacional Queulat por la selva valdiviana. No me alcanza mi poder de descripción para contar lo que son estos paisajes! La grandiosidad de la naturaleza con sus altas montañas que caen a pique, con árboles creciendo por las laderas casi verticales hasta la cima misma! Seguimos bordeando el Fiordo Queulat hasta llegar a un caminito a la izquierda que lleva a los senderos del Ventisquero Colgante y la Laguna Témpanos. Pagamos el ingreso al Parque (sale $3.000 c/u como extranjeros, pero a uno de nosotros nos dejó pasar como local) y dejamos el auto. (Es el único lugar con baños públicos, muy limpios). Hacía mucho calor y había algunos mosquitos – no olvidar el repelente…
Tomamos el sendero al Mirador del Ventisquero,
unos 20´ por un caminito increíble entre túneles de plantas y piedras, hasta ver de repente el Ventisquero Colgante arriba de un cerro, de donde cae una larguísima cascada. Inolvidable! Un dato impactante: en el año 1875 el ventisquero llegaba a 100 metros de la orilla del mar, actualmente se encuentra a 7.800 m de éste.
Volvimos al estacionamiento y tomamos el sendero a La Pasarela, un largo puente muy bien construido que permite hasta 4 personas a la vez.
Río Ventisquero:
Luego hay una caminata que es toda una aventura por una senda bordeada de helechos y fucsias,que nos tomó unos 40´, hasta llegar a la Laguna Témpanos. La vegetación es maravillosa.
Se puede hacer una caminata de 3 a 4 hs para acercarse más al Ventisquero Colgante, pero dudamos de nuestro estado físico, y además nos quedaríamos sin luz y sin alojamiento esa noche.
De vuelta en el auto, seguimos camino con la ruta siempre cortada por obras, y decidimos ir a conocer Puerto Cisnes. Vale la pena porque el camino es muy pintoresco. Es un modesto pueblito pesquero en un precioso lugar sobre el Seno Ventisquero.
Antes de llegar vimos unas cabañas de mano izquierda que parecían aceptables, pero seguimos para buscar algo en el centro. Hay un restaurant con cabañitas, El Guairao, que parecían lo mejorcito pero estaban cerradas. No había otra cosa… terminamos en una vieja casa llamada Hostal Michay (“Donde van las estrellas de cine” nos dijo un lugareño, porque una vez se había filmado una película en el pueblo y la actriz se hospedó allí!) donde por $ 20.000 nos dieron una habitación limpia pero tan chica que no cabía el bolso. Comimos salmón, helados y vino en el Restaurant Panorámico ($20.000 también) donde la moza nos ofreció una mesa en el primer piso porque había refrigeración: resultó ser un ventilador!
CAPITULO 4
DIA 4 – PUERTO CISNES A COYHAIQUE – 287 km – 6 hs
Volvimos a la Ruta 7 y pasamos por Piedra El Gato, donde más nos costó adelantar debido a las voladuras en la montaña. Antes de Mañihuales apareció el pavimento, 76 km antes de Coyhaique! La ruta atraviesa un valle longitudinal al lado del Rio Mañihuales. Cambió el paisaje: las montañas son menos escarpadas, altas pero más redondeadas, cubiertas de pastito y con vistas increíbles a cada curva. Un paisaje bellísimo y tierno.
Nos fuimos unos 20 km al oeste, a Puerto Aysen y luego a Puerto Chacabuco, donde atracan los cruceros y los ferries. Como siempre, el camino es muy bonito, pero cuando se llega no hay nada para ver. Como en el caso de Puerto Cisnes, son viajes obviables, a menos que uno quiera conocer todo sí o sí. Desde Puerto Chacabuco parten los cruceros al Glaciar San Rafael, pero habiendo conocido el Glaciar Perito Moreno decidimos no gastar los U$S 300 por persona que te cobran por un crucero de un día!!!
Tomamos otra vez la ruta a Coyhaique, por un valle bordeando el Rio Simpson.
El paisaje es una belleza, me recordaba a mi libro de Heidi cuando era chica. Hay campos de lupinos azules y amarillos al borde del camino y al lado del rio.
Desde el Mirador Luis Marchant, que queda aproximadamente en el Km. 56 Aysén-Coyhaique, encontramos esta vista privilegiada de la ciudad de Coyhaique a los pies del cordón Montañoso del Divisadero:
De mano derecha de la ruta se encuentra la Reserva Nacional Rio Simpson, y 31 Km antes de Coyhaique hay dos caídas de agua, La Cascada de la Virgen y el Velo de la Novia.
Coyhaique está en un enorme valle y es una ciudad muy extendida de 50.000 habitantes. Nos sorprendió encontrar un lugar tan pujante y bien construido en medio de la nada, y sin perder su encanto de montaña! Tiene una preciosa plaza, buenos edificios y hasta dos de esas típicas grandes tiendas chilenas: Corona y Tricot.
Esta es la Avenida Baquedano, la entrada a la ciudad, y nuestro hotel estaba al final:
En la Guía Frommer recomendaban el Hotel San Sebastián pero nos costó encontrarlo. Está en Baquedano 496, la calle de entrada a la ciudad, pero desde el auto solo se ve un estacionamiento del lado izquierdo. Finalmente encontramos que la entrada al hotel estaba atrás, y bien valió la pena porque las habitaciones son muy lindas con vista al valle del Rio Simpson y es super tranquilo a pesar de estar en pleno centro. Cuesta $ 42.000, y no tenían incorporado el sistema de Factura de Exportación (creo que ahora lo van a implementar) así que nos hicieron un 10% de descuento.
Vista desde nuestra habitación:
Martín estaba medio desesperado porque había perdido un cristal bifocal de sus anteojos recetados. Hablamos a Bariloche para pedir que la óptica vaya encargando el repuesto, y mientras tanto salimos en busca de un par de anteojos de farmacia para ver de cerca. Para manejar tendrá que usar sus anteojos de sol recetados, y no manejar de noche…
Esa noche salimos a buscar restaurant y terminamos comiendo en el comedor del Hotel Los Ñires a media cuadra, un lugar bastante agradable con pésima cocina! Un restaurant muy popular con turistas es el Restaurant Histórico Ricer, en la peatonal casi sobre la plaza.
Plaza de Armas:
CAPITULO 5
DIA 5 – COYHAIQUE A PUERTO BERTRAND – 306 km – 9 hs
A la mañana salimos a caminar por la ciudad y a buscar la oficina de turismo, Sernatur, donde nos atendieron re bien y nos dieron mapas y folletos – lo único que no hemos podido comprar en el viaje es la famosa Guía Turistel, hay que conseguirla porque allí está todo! Nos manejamos con la Guía Copec 2008, que se consigue en las estaciones de servicio Copec; nada que ver con la Turistel que es un libro, pero tiene buenos mapas y nos resultó muy útil. Veníamos pensando que estaría bueno volver en barco desde Puerto Chacabuco a Puerto Montt y en Sernatur averiguamos precios y otros datos, y de allí nos fuimos a la empresa naviera Navimag.
Los ferries no salen todos los días y se llenan, pero logramos comprar pasajes para el sábado, lo cual significa que nos quedaremos un día más (quizás habría que comprarlos con anticipación pero no nos gusta estar atados por reservas). El mejor camarote para dos (externo con baño privado), más el auto, nos salió $ 260.000 con descuento, por un viaje de 23 hs. Caro, pero nos evitamos muchos kilómetros de ripio, dos hoteles y combustible.
Salimos cerca del mediodía rumbo a Puerto Tranquilo, con pavimento durante unos 100 km. Por toda la primera parte del trayecto siguen los paisajes bucólicos de la zona de Coyhaique: montañas redondeadas cubiertas de pastito con cantidades de lupinos al costado del camino – espectacular pero amigable.
Camino en horquilla, bajando una cuesta empinada que no se aprecia en la foto:
Luego viene la zona de Cerro Castillo, mucho más parecido al típico paisaje de montaña que conocemos tipo el Paso Cardenal Samoré. No entramos en Cerro Castillo porque no queríamos alargar demasiado el viaje pensando en donde alojarnos esa noche, pero para los amantes del trekking ha de ser un lugar para recorrer.
Hasta ahí habíamos disfrutado de un pavimento impecable, pero ahora comenzó un ripio con serrucho. Todo ese camino hacia el Lago General Carrera se me hizo muy largo – aunque el paisaje es atrayente uno ya lleva las vistas anteriores en la retina y no lo aprecia…
De repente se ve el gran lago (que sigue del lado argentino con el nombre de Lago Buenos Aires) que es el segundo más grande de Sudamérica después del Titicaca, y no hay palabras para describirlo. Un turquesa lechoso, con bellísimas costas y lupinos amarillos creciendo en cantidades al costado del camino y en las laderas de los cerros.
Veníamos esquivándole al mal tiempo pero cuando llegamos a Puerto Tranquilo, pasadas las 17 hs, brillaba el sol, y decidimos no arriesgarnos a que mañana quizás llueva y hacer hoy la excursión lacustre de unas 2 ½ hs a las cavernas llamadas las Capillas y Catedral de Mármol, declaradas Santuario de la Naturaleza. Hay varias casillas donde alquilan botes, y casi por casualidad alquilamos, para nosotros dos solos, el bote a motor más adecuado, uno grande “de trabajo” con lados altos, y no una lancha deportiva, porque el lago estaba muy picado y nos hubiéramos empapado ($20.000 regateando). El dueño, un evangelista llamado Lenin (!) nos puso capas impermeables y salvavidas, y demostró ser muy experto piloteando sobre el oleaje, pero aún así íbamos a los saltos. Más emocionante todavía! Lenin resultó ser un tipo pintoresco y muy buen guía, y recomendaría elegirlo a él y no a alguno de la competencia que tratan de robarse los clientes entre ellos.
Aquí está Martín en el bote de Lenin:
Las Capillas y la Catedral de Mármol no son grandes pero son fabulosas, unas cavernas formadas en un islote de marmol horadado por el lago, y uno llega a internarse en ellas sobre el agua turquesa que parece iluminada desde adentro y bajo los techos de marmol de muchos colores. Ha sido el gran acontecimiento de nuestro viaje!
Les dejo una serie de fotos, sin comentarios:
Volvimos al auto y seguimos bordeando el lago hacia Puerto Bertrand:
Allí no encontramos un lugar aceptable para dormir – nada de nada – hasta que nos indicaron algunos lodges de pesca sobre el nacimiento del caudaloso Río Baker, que desemboca en el mar a la altura de Caleta Tortel. Tuvimos la suerte de que un muchacho nos dijo que el famoso Green Baker Lodge, a 3 km del pueblo sobre la costa del río, además de cabañas tenía habitaciones a precios más accesibles, y aquí estamos, felices en nuestra habitación de madera, sin lujos pero con un buen baño y el ruido del rio afuera, por $ 35.000. Es el tipo de alojamiento más acorde con el viaje que estamos haciendo a través de la naturaleza virgen.
Cenamos en el comedor, mirando la terraza y las copas de los árboles, un menú fijo de sopa caliente de palta (exquisita), salmón con salsa de alcaparras y vegetales salteados, y kuchen (torta), acompañado como siempre por un buen vino. Mañana sabremos el precio cuando paguemos la habitación.
CAPITULO 6
DIA 6 – PUERTO BERTRAND - CALETA TORTEL - PUERTO BERTRAND – 353 km – 11 hs
Después de un rico desayuno en el Green Baker Lodge (ensalada de frutas, yogur, cereales, pan casero, 3 dulces caseros y café de filtro) fui a pagar la cuenta y pedí el descuento para extranjeros (19% de IVA). Resultado: $ 52.000, porque me incluyeron la cena y el desayuno en el descuento – no está nada mal…
Salimos tarde, a las 11:10 hs, después de recorrer un poco el Lodge y caminar por la costa del gran río.
El camino a Cochrane es espectacular. Montañas escarpadas, camino de cornisa bordeando un profundo valle y el Rio Baker con su color turquesa intenso serpenteando allá abajo. Hay que manejar con cuidado! Esta vez las flores silvestres al costado del camino son margaritas blancas y arbustos de rosa mosqueta, además de algunas fucsias.
Cochrane es un pueblito sin nada, medio triste pero prolijo de calles anchas.
Decidimos seguir a Caleta Tortel, Patrimonio de la Humanidad, que es como llegar donde se termina el mundo. Son más de 3 hs de ida, por un camino suficientemente ancho pero con un serrucho infernal que te sacude el auto. El paisaje es más monótono, entre árboles achaparrados, salvo un altísimo camino de cornisa que da vértigo alrededor del kilómetro 40.
Había llovido a la mañana pero tuvimos suerte con el tiempo, aunque ya no hace el calor de más al norte y andamos con campera.
Caleta Tortel es un pueblo loco sin calles: arriba hay una parte plana donde se estacionan los autos, y abajo es como una enorme olla abierta de un lado donde se abre a un fiordo, con dos escaleras de 220 escalones para bajar y una red de casi 10 Km de pasarelas y escaleras de madera de ciprés comunicando todas las casas que están colgadas de los costados de la olla.
Esta es la plaza, inaugurada hace poco por la presidente Bachelet:
De lejos es muy pintoresco, pero de cerca se ve que las casitas de madera son humildes y que la vida allí ha de ser muy sufrida. Tener Direct TV y ahora internet les cambió la vida!
El vivero:
El mejor edificio de Caleta Tortel:
Hasta el año 2002, la única forma de abastecimiento que tenían era por medio de un barco que llegaba a la zona cada tres meses. La gente es muy amistosa, todos te saludan. Siempre me impresiona conocer gente con vidas tan distintas y comprobar que somos todos tan iguales!
Buscábamos un baño y un lugar para tomar algo, pero nada, hasta que un señor muy amable nos permitió usar su baño y nos recibió en el comedor de su casa donde nos convidó con Nescafé y pan con manteca, mientras su hijito miraba dibujitos por Direct TV.
Nos contó de sus proyectos, de que está en contacto por mail con un guía de turismo en Santiago que habla inglés y están planeando traer turistas extranjeros para pescar en lugares apartados que solo él conoce… Después nos enteramos que subiendo más escaleras habían unos hoteles y lugares para comer, pero nos hubiéramos perdido entrar en un hogar de la Caleta.
La vuelta se hizo eterna, y no sé si recomendar hacer el viaje a Caleta Tortel – son 8 horas en total! Quizás se justifica para no dejar un tramo de la Carretera Austral sin hacer, y para conocer un sitio tan fuera de lo común… En realidad la Carretera sigue hasta Villa O´Higgins, pero ese viaje incluye un largo cruce en ferry y estadía obligada en el pueblo, así que es un “extra” en cuanto a recorrer la Carretera Austral.
Llegamos a Cochrane a las 20:50 y entramos al residencial Austral Sur, pero el olor a ajo era insoportable. Allí Martín decidió que todavía tenía fuerzas para volver al Green Baker Lodge y llegamos a las 22:05 – de saber que no nos quedaríamos en Cochrane hubiéramos salido más temprano a la mañana… Por suerte no hubo problemas y estábamos a tiempo para cenar, que era lo que más nos importaba! Otra comida muy rica, y una habitación estilo “rústico con buen gusto”.
CAPITULO 7
DIA 7 – PUERTO BERTRAND-LOS ANTIGUOS-CHILE CHICO – 195 km – 8:30 hs
El primer tramo hasta Puerto Guadal es muy lindo, y pasamos el Lago Negro donde el paisaje es grandioso.
También pasamos frente el Lodge Terra Luna donde nos habían ofrecido una cabañita en US$ 100 con vista al General Carrera, y es un lugar muy tentador para quedarse.
El famoso y temible camino a Chile Chico es menos peligroso de lo pregonado, al menos manejando de ida por el lado de la montaña, pero el serrucho es bravo. Hay muchos tramos aburridos entre vegetación achaparrada, pero la mitad del trayecto que bordea el Lago Carrera, a veces cerca del lago y a veces por un camino altísimo - un verdadero camino de cornisa a la antigua - es sencillamente deslumbrante! Esos tramos valen todo el viaje!
El lago se ve ese color turquesa alucinante como siempre, aún en los momentos cuando se nubla. Por suerte no llovió y el tiempo sigue de nuestro lado.
Hicimos los 157 km desde Bertrand en 4 horas – nada mal! Chile Chico tiene su simpatía, y en cierta forma parece más moderno de lo que uno se esperaría en este confín del mundo. Encontramos muchos extranjeros y mochileros.
A fin de evitar todo el camino de vuelta compramos pasajes en la Barcaza Pilchero para cruzar el lago hasta Puerto Ingeniero Ibañez mañana, un viaje de 2 ½ hs que cuesta $36.000.
Cruzamos la frontera para conocer Los Antiguos por el Paso Río Jeinemeni, un cruce super accesible desde el cual se puede viajar por ruta pavimentada a Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia sobre el Atlántico, a solo 444 Km. de distancia. Es notable el cambio de paisaje: el verde quedó atrás y entramos en la estepa monótona y árida de la Patagonia argentina.
Los Antiguos es una ciudad limpia y ordenada con una avenida principal muy cuidada, con rosales y una isla central con plantas. Pasaba un camión aguatero regándolas.
Es el pueblo que quedó sepultado por las cenizas del Volcán Hudson en 1991. Perdieron todas las ovejas pero con el tiempo se han levantado literalmente de las cenizas y han desarrollado una industria exportadora de cerezas! Tiene un solo buen hotel, la Hostería Antigua Patagonia, sobre el lago que aquí se llama Lago Buenos Aires, pero era un poco caro y el resto de los alojamientos eran de última, así que optamos por volver a Chile Chico. Antes llenamos el tanque de nafta y paramos en un restaurant de arquitectura moderna sobre la calle principal a tomar “el té”: café con leche y una tablita de fiambres ($33).
Tuvimos una charla con un muchacho muy agradable, inspector de la aduana chilena, que es oriundo de Caleta Tortel, y cuando le comentamos que para llegar a su pueblo habíamos tardado más de 3 hs para recorrer 131 km, nos dijo que en esas zonas las distancias no se miden en kilómetros sino en el tiempo que se tarda en recorrerlas. “Para llegar a Cochrane a caballo yo tardaba 40 días”, dijo.
De vuelta en Chile Chico entramos a ver un hotel tradicional cubierto de hiedra con un terreno grande, pero era deprimente así que fuimos a la oficina de turismo donde nos recomendaron el Residencial Austral. Un primer piso con forma de barco (un delirio del constructor!) muy modesto, pero luminoso y limpio, con un buen colchón y Direct TV ($ 25.000).
Martín terminó bastante cansado después del viaje a Tortel con su camino de cornisa a gran altura y de la vuelta apurada para llegar al Green Baker Lodge antes de que oscureciera, más el viaje a Chile Chico de hoy, así que aprovechamos para recostarnos por un par de horas antes de salir a comer.
A la noche salimos en busca de un restaurant – tarea difícil – y decidimos que el mejor era “Loly y Elisabeth”, donde nos sirvieron platazos de pechuga de pollo con verduras salteadas y montañas de papas fritas, más un strudel cada uno y una botella de vino ($13.800!).
Aquí también había una mesa ruidosa de jóvenes israelíes, como en toda la Carretera Austral - parece que terminan el servicio militar y se largan a conocer mundo, especialmente el sur de Chile.
En el restaurant había un gran plasma sintonizado a un canal de cable donde pasaban… una operación quirúrgica de implante mamario!!!
CAPITULO 8
DIA 8 – CHILE CHICO – PUERTO IBAÑEZ – COYHAIQUE – 172 km (en el auto) – 6 hs
A la mañana salimos a recorrer Chile Chico, con su plaza prolija llena de juegos para chicos,
y a las 12 hs estábamos frente al muelle esperando subir a la barcaza, junto con camiones, algunos turistas, lugareños (lleva 105 pasajeros) y dos matrimonios argentinos, jubilados, que también venían del Green Baker Lodge.
El viaje dura 2:30 horas, cruzando el enorme lago General Carrera, que parece un mar. Paramos un momento en una islita donde levantamos a tres muchachos que estaban encaramados en la ladera rocosa esperando el ferry!
Al final el viaje se hace un poco largo y dejamos la cubierta para sentarnos adentro, y medio nos dormimos mirando un cuadro de un marinero al timón del barco con cara de aterrado, mientras que Jesús parado atrás lo protege!
El pueblito de Puerto Ingeniero Ibañez no tiene absolutamente nada a la vista, y solo después nos enteramos que deberíamos haber visitado los saltos del Río Ibañez. Nos rajamos a Coyhaique, todo por pavimento en perfecto estado. Otra vez son maravillosos los grandes paisajes, colinas verdes, vistas panorámicas de los valles y flores silvestres por todos lados.
Teníamos la fantasía de alquilar una cabaña con jardín y buena vista para desenchufarnos dos días mientras esperamos tomar el ferry de Navimag, pero no existe algo así! Recorrimos un montón pero son pobres y deprimentes, así que terminamos otra vez en el hotel San Sebastián.
A la noche cenamos en el restaurant Las Piedras, supuestamente uno de los mejores, pero el lugar en sí está sobre-decorado con muy mal gusto. La comida estaba bien: Martín comió el infaltable salmón y yo chop suey, y compartimos una torta helada de frambuesas ($ 19.000). Lo mejor fue poder charlar con el mozo, que había trabajado en la construcción de los magníficos puentes de la Carretera Austral.
CAPITULO 9
DIA 9 – EN COYHAIQUE
Día de descanso. Desayunamos a las 10:30 hs y salimos a caminar por el centro. Tiene una Plaza de Armas pentagonal, custodiada por carabineros montados (!), con un montón de puestos de artesanos, muy prolijos, cada uno protegido por un gazebo blanco. Nada que comprar!
Inauguración de la biblioteca con las fuerzas vivas de la ciudad:
Está la peatonal y la Av. Arturo Prat con sus negocios y sus dos grandes tiendas. Empezó a lloviznar así que nos volvimos al hotel. Después de tanto andar no estamos acostumbrados a tener un día libre! Usé la computadora de recepción, miramos un poco de TV y leímos nuestros libros que teníamos abandonados.
A la noche nos fuimos a “Lito´s”, una parrilla recomendada por Lonely Planet, pero estaba repleta, y una señora allí nos recomendó ir a “La Casona”, el mejor restaurant de este viaje y de muchos que conozco! Martín comió pescado con salsa de centolla, y helado, y yo un bife de lomo (en Chile el lomo se llama filete) envuelto en panceta sobre un medallón de pan frito y salsa de hongos (es un clásico de la cocina francesa) y frutillas con crema. Un rico vino, y antes un pisco sour ($ 21.000). Lástima que no comimos siempre allí…
CAPITULO 10
DIA 10 – LAGOS DE COYHAIQUE – PUERTO CHACABUCO – 252 km – 6:30 hs
Amaneció lluvioso pero teníamos que estar en Puerto Chacabuco para tomar el ferry recién a las 18:30 hs, así que decidimos aprovechar el día y recorrer los lagos La Paloma, Elizalde, Caro y Atravesado al sur de Coyhaique. Para llegar hay que atravesar la campiña por caminos de ripio que se abren hacia el oeste de la ruta pavimentada.
Resultó ser un paisaje idílico, solo existíamos nosotros, la naturaleza y el silencio. Todo verde, entre valles y montañas, algunos campitos con ganado o caballos, ni un auto… Fue un “bonus” inesperado y lo disfrutamos mucho. La lluvia tenue le dio un sabor distinto, menos dramático que lo que veníamos viendo, más acorde con la dimensión humana. En vez de Wagner, un concierto de violín.
Ya se venía la tormenta, y a las 18 hs estábamos en Puerto Chacabuco, estacionados frente al Ferry Puerto Eden.
Había empezado a diluviar y pasaron las horas pero nadie nos avisó que estaba en duda la partida debido a la tormenta, mientras se amontonaban más y más camiones de gran porte esperando embarcar. Finalmente alrededor de las 20 hs los camiones empezaron a entrar y desaparecer en las entrañas del barco. Luego hicieron pasar a muchos pasajeros a pie, y finalmente pasadas las 21 hs, cuando solo quedaban los pocos autos que viajarían, nos hicieron señas para que avancemos.
Adentro hay un elevador que lleva los vehículos al piso alto,
y por fin estacionamos y pudimos bajarnos del auto con nuestro bolso grande. Grave error, porque un marinero nos guió, de onda, a través de innumerables escalerillas, cubiertas descubiertas y pasillos, en medio de la lluvia, y ese bolso era un estorbo. Tendríamos que haber armado uno chico solo para esa noche...
Nuestro camarote tenía cuatro cuchetas (cada una con su luz) y colchas coloradas, un ojo de buey, una estufita, un lavatorio y un bañito con ducha. Parecía un camarote de tren, pero era simpático y nos empezamos a divertir.
Bajamos a cenar, solo para enterarnos que no habría cena porque había que reservarla antes de las 18 hs.! Después de un día sin comer, nos tuvimos que arreglar con un sandwich de pan viejo comprado en el barcito, una barra de chocolate y una gaseosa.
Subimos al camarote y miramos la tormenta a través del ojo de buey, y finalmente a medianoche el ferry zarpó. Nos metimos en las cuchetas, que tenían buena ropa de cama, frazadas y acolchado, encontramos que el barco casi no se movía a pesar del oleaje, y nos dormimos profundamente.
CAPITULO 11
DIA 11 – LLEGAMOS A PUERTO MONTT – PUERTO VARAS – 21 km en auto
Cuando nos despertamos miramos hacia afuera por el ojo de buey y vimos que la tormenta había pasado y teníamos un precioso arco iris!
Bajamos a desayunar (copos, manzanas, naranjas, pan) y ya reservamos turno para el almuerzo y la cena. Salimos para recorrer el barco, que es muy grande, y desde arriba vimos los camiones estacionados y a un costado nuestro auto que parecía un enano huérfano. Varios camiones llevaban ganado y caballos, amontonados de pie durante tantas horas!
Se suponía que navegábamos entre fiordos, pero el canal de navegación es tan ancho que las costas están lejos y no hay nada para ver. Eso fue una desilusión. El pasaje estaba formado por habitantes del sur de Chile viajando a la “civilización” de Puerto Montt, choferes de los camiones y algunos mochileros y turistas aventureros. El ferry también se promociona para cruceros al Glaciar San Rafael, pero la verdad es que no tiene el nivel para competir con los verdaderos cruceros. Es un barco de carga, con una cafetería/comedor y salón muy básicos:
El almuerzo consistía en una sopa de verdura, el consabido salmón, pero hervido, y una fruta. Comida tosca y abundante pensada de acuerdo al pasaje que llevan. Buscamos nuestros libros y nos quedamos leyendo en el salón, tratando de no escuchar a algunos chicos haciendo ruido, y de vez en cuando salíamos a cubierta para acordarnos que estábamos navegando en el Pacífico! Luego vino la cena, sopa y una carne al horno con puré con cantidades siderales de ajo, y esta vez un vinito. A eso de las 21 hs nos acercamos a Puerto Montt y nos fuimos a una cubierta alta para observar - fue muy entretenido ver atracar al barco.
Nuestro auto (abajo a la derecha) parece enano en esta compañía:
Ni bien pudimos bajar el auto del ferry arrancamos hacia Puerto Varas, a solo 21 km, y conseguimos una habitación con vista al Lago Llanquihue en nuestro habitual Hotel Licarayen ($ 54.500 por ser alta temporada).
Fotos del hotel y vista al Lago Llanquihue desde la habitación (tomadas en otro viaje):
Eran las 23 hs pasadas pero después del viaje apurado desde Puerto Montt (y Martín manejando sin anteojos!) necesitábamos relajarnos así que nos fuimos a caminar un rato por el centro antes de dormir.
CAPITULO 12
DIA 12 – PUERTO VARAS – PUERTO MONTT - BARILOCHE – 381 km – 9 hs
Nos levantamos sin apuro y a mediodía nos fuimos a Puerto Montt a recorrer los malls y hacer unas compras de Navidad, hasta las 16:00 cuando partimos rumbo a Bariloche. Esta vez evitamos ir por la Ruta 5 hasta Osorno y en vez hicimos el camino por Puerto Octay, que está en buen estado y es más descansado. Después de pasar por las dos aduanas sin problemas (cuánto más amables son del lado argentino!) llegamos a Bariloche a las 21 hs.
Para recorrer la Carretera Austral, ida y vuelta desde Bariloche, hicimos 2.791 km en auto (sin contar los recorridos en ferry).
Vista de nuestro Lago Nahuel Huapi:
Cumplimos con nuestro ritual de hace años cuando volvemos a Bariloche sanos y salvos después un viaje: terminar el viaje yendo a cenar y festejar a la pizzería El Mundo. Antes de medianoche del lunes 22 de diciembre ya estábamos dormidos…
RECOMENDACIONES:
Hay que llevar el dinero en pesos chilenos, allí los dólares y las tarjetas de crédito no corren, salvo en unos pocos hoteles. En los hoteles mejores siempre hay que pedir “Factura de Exportación” para no pagar el IVA de 19% sobre el alojamiento.
Ropa: No se olviden de llevar suficiente ropa liviana de algodón si viajan en esta época, ya que no tendrán oportunidad de lavarla. Es zona lluviosa así que hay que ir prevenido, y además llevar algo de ropa de abrigo y camperas, porque nunca se sabe en la montaña…
Lleven su almuerzo y bebidas en el auto: no encontrarán ningún restaurant ni humilde barcito en el camino. Tampoco baños!
Traten de conseguir la Guia Turistel, un libro completísimo. Y si no lo encuentran, compren la Guía Copec que se consigue en las estaciones de servicio Copec.
DIRECCIONES
PAGINAS WEB:
CARRETERA AUSTRAL: http://chile.gotolatin.com/html_s/ChileCarreteraAustral/Carretera-Austral.asp
PATAGONIA AUSTRAL: http://www.welcomechile.com/austral/
MAPA: http://www.visitingchile.com/mapas/mapa-rutero-aisen.htm
DATOS UTILES: http://www.aisen.cl/spanish/preguntas.php
XI REGION AYSEN: http://www.aysenpatagonia.cl/index.php
Automóvil Club De Chile (http://www.automovilclub.cl/; 56-67-231-847 en Coyhaique)
MOON TRAVEL GUIDE: http://www.moon.com/destinations/chile/northern-patagonia/northern-carretera-austral
GUIA DE SERNATUR: http://www.sernatur.cl/internacional/?lang=1
Dirección meteorológica de Chile: http://www.meteochile.cl/reg11.html
CALETA TORTEL: http://disfrutachile.bligoo.com/content/view/537004/Caleta-Tortel-un-lugar-magico-en-la-Patagonia-Chilena.html
Catedral de Marmol: http://www.taringa.net/posts/imagenes/1083216/La-otra-catedral.html
Gran blog de viaje y fotos de la Carretera Austral (de un motociclista norteamericano/chileno) http://elcantardelalluvia.cl/2007/03/carretera-austral-ndice-fotogrfico.html
ALOJAMIENTOS Y FERRIES:
Esquel: Cabañas Rincón del Sur - Los Radales y Las Lumas, Barrio Ayelén (02945) 45-3997
Esquel: Residencial Angelina – Av. Alvear 758 – (02945) 45-2763
Alojamientos en Palena: : http://www.interpatagonia.com/palena/alojamientos.html
Lago Yelcho: Hotel Yelcho en la Patagonia (Lodge de pesca) http://www.yelcho.cl/galerias/hotel/hotel/index.html
La Junta: Hostería Lodge El Ensueño, ($ 25.000) - http://www.hosterialodgeelensueno.cl/hosteria.htm - Phone: +56-67-314340 - e-mail: marcelodorner@gmail.com –
La Junta: Hostal Espacio y Tiempo, (Carretera Austral s/n, tel. 067/314141, http://www.espacioytiempo.cl/
Casas de Puyuhuapi: http://www.puyuhuapi.org/Spanish/spanish_first-house.htm
Puyuhuapi: Casa Ludwig, Teléfono/Fax: (56)67-325220
Puyuhuapi: Hostería Alemana, Teléfono/Fax: (56)67-325118 - (56)67-325202
Puerto Cisnes: Hotel y Restaurant El Guairao (Piloto Pardo 58, tel. 067/346473)
Coyhaique: Hotelera San Sebastián*** – Baquedano 496 – (56) 67-233427
Ferries Navimag : Paseo Horn 47 "D", Coyhaique – Tel. (56-67) 233 306 Fax: (56-67) 233 386 - http://www.navimag.com/es/puertos/puertos.asp
Catedral de Marmol: Lenin Soto - Excursiones Maran-Atha – Rio Tranquilo Fono 411578 – hombredelago@hispavista.com - hombre_debote@hotmail.com
Puerto Bertrand: Green Baker Lodge -http://www.greenlodgebaker.com/el-lodge/ claude.hierard@greenseed.cl (56) 2 196 04 09 - Fax (56) 2 196 04 11 - Celular: (56) 9 991 79 116
Puerto Guadal: Terra Luna Lodge - www.terraluna.cl - Phone: (56-2) 2351519 Celular: 8-4491092
Barcaza en Chile Chico: Refugio de pasajeros. Muelle. Fono. 67-411864.
Los Antiguos: Hostería Antigua Patagonia*** – Ruta Pcial. 43 – Tel. 49-1038
Puerto Varas: Hotel Licarayén*** – San José 114 – Phone (56.65) 232305 / 232955 –
http://www.visitchile.com/esp/distrito-lagos-volcanes/hotel.asp?id-hotel=PVA005
DIA 1 – BARILOCHE HASTA CORCOVADO - 430 km – 6 horas
Hemos hecho el tramo por asfalto desde Bariloche hasta Trevelin muchas veces pero seguimos disfrutándolo como la primera vez. El camino hasta El Bolsón y Epuyén es espectacular, con grandes vistas panorámicas entre cerros que en diciembre están floridos; después el tramo hasta Esquel atraviesa un típico paisaje de meseta, donde vale la pena detenerse para visitar el pequeño Museo Leleque en la estancia de la familia Benetton. Si quieren alojarse en Esquel les recomiendo las cabañas Rincón del Sur (la del primer piso a la calle), en el lindo barrio residencial Ayelén, nada caras y puestas con muy buen gusto con una regia cama king size (sin desayuno). Y si no, el Residencial Angelina en el centro, con el mejor desayuno de la Patagonia.
Esquel a Trevelin ofrece un paisaje atrayente de grandes vistas abiertas de lomadas verdes, y de allí en adelante dejamos atrás el pavimento y el trayecto se vuelve un poco aburrido, salvo por los espectaculares manchones de lupinos azules y rosas al costado del camino.
Corcovado fue una desilusión. Su principal atractivo es la pesca del salmón del Pacífico – tienen el record argentino: un ejemplar de más de 25 kg de 1 metro de largo que pescaron en el Rio Corcovado!
Pero a pesar del interés internacional por la pesca, en este lugar no han desarrollado esa oferta turística (al revés de Chile, donde los lodges de pesca super exclusivos que cobran 5.000 dólares por persona por semana atraen a pescadores extranjeros). Al no aprovechar el lindo paisaje que lo rodea, éste pueblito de 2000 personas no tiene ningún atractivo. No hay ni cabañas ni restaurants sobre la costa del río, tampoco encontrábamos donde dormir. El único hotel aceptable, la Hostería Rancul, estaba cerrada y terminamos durmiendo en un hostel, El Refugio del Pescador, en una cabañita independiente que era bastante primitiva y donde apenas cabía la cama ($ 110). Fue el peor lugar donde nos alojamos en todo el viaje! A quienes les interese hacer un viaje similar al nuestro, les recomiendo que sigan a Chile y duerman en Palena (si es que hay algo…), o que entren por Futaleufú si no hay ceniza, ya que la oferta hotelera es mejor.
CAPITULO 3
El primer tramo hasta Puerto Guadal es muy lindo, y pasamos el Lago Negro donde el paisaje es grandioso.
También pasamos frente el Lodge Terra Luna donde nos habían ofrecido una cabañita en US$ 100 con vista al General Carrera, y es un lugar muy tentador para quedarse.
El famoso y temible camino a Chile Chico es menos peligroso de lo pregonado, al menos manejando de ida por el lado de la montaña, pero el serrucho es bravo. Hay muchos tramos aburridos entre vegetación achaparrada, pero la mitad del trayecto que bordea el Lago Carrera, a veces cerca del lago y a veces por un camino altísimo - un verdadero camino de cornisa a la antigua - es sencillamente deslumbrante! Esos tramos valen todo el viaje!
El lago se ve ese color turquesa alucinante como siempre, aún en los momentos cuando se nubla. Por suerte no llovió y el tiempo sigue de nuestro lado.
Hicimos los 157 km desde Bertrand en 4 horas – nada mal! Chile Chico tiene su simpatía, y en cierta forma parece más moderno de lo que uno se esperaría en este confín del mundo. Encontramos muchos extranjeros y mochileros.
A fin de evitar todo el camino de vuelta compramos pasajes en la Barcaza Pilchero para cruzar el lago hasta Puerto Ingeniero Ibañez mañana, un viaje de 2 ½ hs que cuesta $36.000.
Cruzamos la frontera para conocer Los Antiguos por el Paso Río Jeinemeni, un cruce super accesible desde el cual se puede viajar por ruta pavimentada a Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia sobre el Atlántico, a solo 444 Km. de distancia. Es notable el cambio de paisaje: el verde quedó atrás y entramos en la estepa monótona y árida de la Patagonia argentina.
Los Antiguos es una ciudad limpia y ordenada con una avenida principal muy cuidada, con rosales y una isla central con plantas. Pasaba un camión aguatero regándolas.
Es el pueblo que quedó sepultado por las cenizas del Volcán Hudson en 1991. Perdieron todas las ovejas pero con el tiempo se han levantado literalmente de las cenizas y han desarrollado una industria exportadora de cerezas! Tiene un solo buen hotel, la Hostería Antigua Patagonia, sobre el lago que aquí se llama Lago Buenos Aires, pero era un poco caro y el resto de los alojamientos eran de última, así que optamos por volver a Chile Chico. Antes llenamos el tanque de nafta y paramos en un restaurant de arquitectura moderna sobre la calle principal a tomar “el té”: café con leche y una tablita de fiambres ($33).
Tuvimos una charla con un muchacho muy agradable, inspector de la aduana chilena, que es oriundo de Caleta Tortel, y cuando le comentamos que para llegar a su pueblo habíamos tardado más de 3 hs para recorrer 131 km, nos dijo que en esas zonas las distancias no se miden en kilómetros sino en el tiempo que se tarda en recorrerlas. “Para llegar a Cochrane a caballo yo tardaba 40 días”, dijo.
De vuelta en Chile Chico entramos a ver un hotel tradicional cubierto de hiedra con un terreno grande, pero era deprimente así que fuimos a la oficina de turismo donde nos recomendaron el Residencial Austral. Un primer piso con forma de barco (un delirio del constructor!) muy modesto, pero luminoso y limpio, con un buen colchón y Direct TV ($ 25.000).
Martín terminó bastante cansado después del viaje a Tortel con su camino de cornisa a gran altura y de la vuelta apurada para llegar al Green Baker Lodge antes de que oscureciera, más el viaje a Chile Chico de hoy, así que aprovechamos para recostarnos por un par de horas antes de salir a comer.
A la noche salimos en busca de un restaurant – tarea difícil – y decidimos que el mejor era “Loly y Elisabeth”, donde nos sirvieron platazos de pechuga de pollo con verduras salteadas y montañas de papas fritas, más un strudel cada uno y una botella de vino ($13.800!).
Aquí también había una mesa ruidosa de jóvenes israelíes, como en toda la Carretera Austral - parece que terminan el servicio militar y se largan a conocer mundo, especialmente el sur de Chile.
En el restaurant había un gran plasma sintonizado a un canal de cable donde pasaban… una operación quirúrgica de implante mamario!!!
CAPITULO 8